Anterior
El Sueño Invadido
Siguiente

Puedo verte verme. Puedo verte y mientras tanto, antiguo como un eco, oxidado en las astillas de tu humedad, hijo crucificado, escombro de semen y ceniza, mientras tanto orinarme con fe ante el espejo –con fe y resignación- ante el espejo, Madre, de tu ojos vacíos.  

Anterior
El Sueño Invadido
Siguiente

 

tabla

Daniel Casado y Chuty